Usando sólo la lógica resulta inexplicable algunas de las decisiones del consejo de ministros tomada el pasado jueves 23 respecto a la industria televisiva española. Vayamos por puntos.
Se acaba con el actual régimen jurídico del Ente como organismo público del Estado y crea la Corporación RTVE, que tendrá forma de sociedad anónima pública, con capital íntegramente estatal, y tendrá sociedades participadas al 100 por 100 por la citada Corporación para la prestación directa del servicio público de radio, televisión y servicios conexos e interactivos. Asimismo, gozará de autonomía en su gestión, actuará con independencia del Gobierno y estará sujeta al control del Parlamento y del nuevo Consejo de Medios Audiovisuales.
Esto viene a decir que lo que antes era el Ente público de RTVE se convierte en una empresa autónoma de titularidad pública. Parece como el primer paso a una posible privatización parcial o total de RTVE. La deuda del ente público es astronómica, sobrepasando el billón de las antiguas pesetas de largo, y el gobierno bajo la excusa de la independencia política se saca un gran peso de encima sin solucionar el problema.
Los servicios de radio y TV se liberalizan y dejan de ser servicio público esencial, con la única excepción de los servicios de radio y TV que se prestan mediante empresas públicas: estatal, autonómica y local.
Aunque no lo parezca, todas las televisiones privadas analógicas hasta la actualidad eran sobre el papel tan servicios públicos como lo podría ser La primera o La 2. La diferencia estriba en que eran concesiones de licencias por las cuales el gobierno cedía el control de las cadenas a empresas privadas, pero sin perder la condición de servicio público. En la práctica esto ha sido papel mojado porque está claro que una empesa privada no funciona sin beneficios. Ni siquiera RTVE haciendo una programación más propia de TV privada conseguiría subsistir. Con este cambio se elimina un simple formalismo que nadie cumplía y se da vía libre a que las empresas sigan aprovechándose de ello sin ninguna traba por parte del gobierno.
Real Decreto por el que se modifica el Plan Técnico Nacional de la Televisión Privada
Se planifica un nuevo canal nacional en tecnología analógica con una cobertura que alcanza el 70 por 100 de la población española.
Esto es lo realmente inexplicable. En este mismo consejo de ministros se han aprobado una serie de medidas para impulsar la Televisión Digital Terrestre. ¿A qué viene entonces aprovar un nuevo canal analógico? ¿No sería mejor que este ancho de banda se aprovechara para dar más calidad a las emisiones digitales? Recordemos que uno de los argumentos del gobierno para no otorgar más licencias de este tipo era el escaso espacio radioeléctrico disponible para este tipo de emisiones. Teniendo en cuenta que un canal analógico ocupa cuatro veces más espacio que uno digital ¿A qué viene tanto «despilfarro»? Mientras tanto nos tendremos que aguantar con la mediocre cobertura y mala calidad de imagen de la actual TDT que ni siquiera llega a las cotas de calidad de imagen y sonido de un DVD de los más baratos.
Podeis leer todas las resoluciones del consejo de ministros en la web de formulatv, visitando este enlace.