Seguro que te ha pasado.
Llega el día en el que dan tu serie favorita por la tele. Te apresuras en preparar una cena rápida y de mala manera para verla desde el principio. Has de soportar las protestas de tu pareja por la calidad de la cena del día pero por una vez no importa, vale la pena. También vale la pena la pelea por el control del mando a distancia porque ella quiere ver «Anatomía de Grey» y a tí te va más «Perdidos», que están a punto de petar la maldita escotilla de una vez. Después de un intercambio dialéctico que cuestan unos morros duraderos hasta que emitan el siguiente episodio consigues convencerla. Además, Jack y Sawyer están un rato buenos (por lo menos es lo que dicen todas) y por ahí consigues tu objetivo.
Al final ya estás preparado. Es la hora. Al cabo de nada, la primera interrupción. Bueno, como es la primera supongo que harán otra hacia el final y ya está. Pasan los doce minutos de rigor y vuelves a estar enganchado. De nuevo otro intermedio. ¿Tan pronto? En fin, eso querrá decir que ya hasta el final, nada de anuncios. Pero no es así. Hay anuncios por doquier y eso hace que al final no sepas si Jack se enrolla con Kate, si es un sueño o si eres tú el que está soñando y no has visto nada.
Al día siguiente en el trabajo se te ocurre preguntar a tu compañero si vio ayer Perdidos para ver si te puede explicar el meollo de Jack y Kate. Su respuesta te deja atónito. «Ah sí… Uf, deja que recuerde que esa temporada la vi el año pasado». ¿Cómo? ¿Te has perdido algo? ¿Era una reposición? ¿Cómo es posible?
Tu compañero hace una sonrisa maliciosa y te empieza a explicar que antes a él le ocurría lo mismo. Estaba harto de tener que ajustarse a los horarios de la tele, de tener que tragar anuncios y de que le pusieran sus series preferidas con un año de retraso, mutiladas y con un doblaje que para nada hacía justicia a las interpretaciones de los actores. No sales de tu asombro puesto que todo eso suena nuevo para ti y le pides que te de más detalles.
Él te comenta que hace bastante tiempo navegando por Internet aprendió cómo disfrutar de las series nada más salir en su país de origen, en su formato original, con calidad visual mucho mayor, a la hora que le diera la gana y sin anuncios. Mmmm… ¡Suena bien!
La cosa es -te sigue explicando tu compañero- que tienes que ir a una de las muchas páginas que hay por Internet en las que se hace un seguimiento de todas estas series. Las hay muy buenas, como el foro de argenteam donde además de explicarte el proceso para bajarte los capítulos sacan todas las semanas los subtítulos en castellano de todas las series de éxito. Sólo tienes que configurar un programa cliente de bittorrent para que se conecte a la página automáticamente cada vez que lo pones en marcha. El programa detecta cuándo ha salido un nuevo capítulo de tu serie preferida y lo descarga. Lo mismo ocurre con los subtítulos que crean desinteresadamente los miembros del foro. Ya solo necesitas un programa como el media player classic o el vlc para reproducirlos tranquilamente.
A primera vista te parece todo muy complicado y no le haces mucho caso, pero comienzas a observar algo muy extraño. Cada vez más gente del trabajo empieza a comentar cosas de las series ¡pero una temporada por delante! Y todos coinciden en que es un vicio, que es lo mejor desde la época del napster y que realmente no cuesta tanto y vale muchísimo la pena.
Está bien. Un fin de semana que estás tranquilo y en posesión del ordenador familiar empiezas a mirarlo todo detenidamente. Te bajas el programa bittorrent, te registras en los foros de argenteam y miras un post donde se explica todo lo relativo a la configuración del programa. Lo sigues paso a paso y listos. Ves cómo el mismo programa empieza a bajar los episodios a una velocidad de vértigo. ¡Caramba! -piensas- ¡Esto va rápido de verdad!
Mientras se baja el capítulo te instalas el Vlc y el programa de argenteam que te permitirá bajarte los subtítulos tan fácilmente y automáticamente como el capítulo con el bittorrent. Ya está. Te has pasado un ratito delante del ordenador pero según comentan esto sólo es la primera vez para configurarlo todo y luego sólo te has de ir preocupando que haya salido el capítulo y el subtítulo.
Al cabo de un ratito ya tienes el capítulo y el subtítulo bajado en tu ordenador. Veamos el vlc. Abrir archivo, indicar dónde está el subtítulo… y play. Doble clic en el centro de la imagen para verlo a pantalla completa y… ¡Te quedas anonadado! Se ve con una calidad excelente. ¡Y en formato panorámico! Caramba… ¿esas son las voces reales de los personajes? ¿Pero si no se parecen en nada! Mucho mejor ahora, desde luego… Ahora las interpretaciones de los actores cobran una nueva dimensión.
Estás tan alucinado con lo que acabas de descubrir y lo fácil que ha resultado que no te has dado cuenta que estás viendo un capítulo que emitieron hace dos días en la televisión americana y claro, no pillas nada de la trama. Rapidamente paras la reproducción y te quedas unos segundos medio boquiabierto con la pantalla en negro hasta que reaccionas. Tiene que haber alguna manera de bajarse los episodios que hay entre la temporada que emiten por la tele española y los que emiten ahora en USA.
Buceando un poco en los foros de argenteam encuentras la solución en un post. Increíble… lo tienen todo ordenado por series y elinks con los capítulos de todas las temporadas. Lo del emule lo tienes mucho más por la mano así que te pones a descargar todos los capítulos que te faltan y los subtítulos de argenteam. Desgraciadamente el emule va mucho más lento y tardarán aún un tiempo en bajarse los episodios.
Además le encuentras alguna pega al método. Tú estás acostumbrado a ver los capítulos tranquilamente en el sofá enfrente de tu flamante pantalla plana que te ha costado tus buenos euros. De todos modos es una pantalla que te ha decepcionado un poco porque la tele no se ve tan bien como tú pensabas. De nuevo acudes al compañero del trabajo y de nuevo ves esa sonrisa maliciosa en su cara. «No te preocupes» -te comenta- «Ahora viene cuando de verdad le vas a sacar parte de su jugo a esa maravilla de plasma que tienes».
Te explica que él lo tiene montado para verlo todo en su pantalla del salón porque ha comprado un ordenador pequeñito conectado al televisor. ¿Pero eso se puede hacer? Pues sí. Y no sólo ver las pelis sino todo lo lo que se puede hacer con un PC, juegos, navegar por intenet, etc.
Le explicas la situación a tu pareja y ella está de acuerdo. También le sacará provecho puesto que podrá ver sus series preferidas con su propio horario sin tener que pelear por ello cada dos por tres. Ambos acordáis comprar el ordenador. Cuando lo ponéis en funcionamiento y finalmente puedes ver la serie en tu TV entiendes perfectamente lo que te comentaba tu compañero. No sólo se ve mejor que la TV sino que se ve mucho mejor que los DVD. Luego tu compañero te explica que eso es así porque los capítulos que te bajas están a una resolución superior (HR) y que como tu pantalla está preparada para una resolución superior, cuando ves la TV sus defectos «se ven mejor» mientras que lo que bajas por internet se ve de fábula.
Así que ya está. Ahora tienes capítulos para dar y tomar. Los ves a una calidad muy superior, en formato panorámico, a la hora que quieres, sin anuncios… ¡Todo como debería ser en un principio! Al cabo de unos meses ya te has puesto a la altura de tus compañeros y ya puedes comentar con ellos todo lo que pasó ayer… en la TV americana. Al cabo de un tiempo viene un compañero de trabajo y te pregunta cómo es posible que veáis series que aún no han dado en España, a lo que tú respondes con una sonrisa maliciosa…