Con la muerte de Steve Jobs se abre una nueva época para la empresa de la manzana que deberá superar sus metas sin el catalizador que suponía el carisma de su co-fundador
En Apple hace ya varios meses que han diseñado la estrategia a seguir una vez su alma mater ya no se encuentra entre ellos. Jobs ha dejado la compañía en una situación envidiable y con un abanico de ingresos muy diversificado. Aunque algunos se esmeren en apuntar a Apple como una gran compañía que resiste como nadie los embates de la crisis de los ordenadores personales hace ya tiempo que su principal fuente de ingresos ya no es la venta de máquinas sino de experiencias.
Sin embargo a Apple le puede pasar factura el haber tenido entre sus filas a un genio como Jobs. Alguien incansable que tenía ideas para todo, un carisma como no se ha visto en mucho tiempo y alguien para quien la palabra «imposible» era muy relativa. Por poner una analogía sería como aquella empresa que basa el 70% de su facturación en un solo cliente». Ahora el cliente no está y hay que seguir adelante.
Los que conocen a Tim Cook afirman que es bastante más fácil trabajar con él aunque es igual de exigente y perfeccionista que Jobs. Ya tuvo ocasión de reemplazarle en 2004 durante su trasplante de páncreas, en 2009 durante su primer retiro y en 2011 desde su dimisión como CEO de Apple. El trabajo no le vendrá de nuevo pero ahora le tocará la parte más dura; innovar.
También tendrá que enfrentarse a aquello que Jobs no supo o no consiguió superar. Sí, Apple tiene unos cuantos temas pendientes en diferentes frentes. Algunos de ellos son bastante acuciantes y podrán determinar si la empresa podrá seguir con el mismo ímpetu.
Adopción de nuevo hardware
Hasta ahora a Apple no le había hecho falta montar lo más de lo más en sus dispositivos por una razón muy sencilla. No le hacía falta. Podía deslumbrar con otras cosas como su sistema operativo. Es algo en lo que Apple ha especialista en su segmento de ordenadores personales.
Sin embargo, el desembarco del know-how informático al nicho de dispositivos móviles lo está cambiando todo. Empresas como nVidia, TI, Intel, Qualcommm… están fabricando la mayoría de chips para dispositivos a la usanza de como lo hacían con los PC. Eso quiere decir que cada año se doblan las prestaciones. Podría ser demasiado incluso para Apple ahora que no tiene a Jobs para suplir esa carencia con alguna historia chiripitifláutica que pueda sacarse de la manga.
Apple TV
Perdido la cuenta tiene uno con los intentos de introducir este cacharro por parte de Apple. La gente no lo ve, no lo quiere y cree no necesita otro trasto en la cómoda. Menos aún con los televisores «todo en uno» que están saliendo últimamente. Si Apple quiere meterse en el segmento TV quizá tenga que dedicarse a crear contenidos rollo un Hotel Glam metiendo a Bill Gates y Pamela Anderson con la excusa de que es un experimento social.
Litigios
Apple va camino de ser la empresa más odiada del mundo mundial por no dejar que la copien en paz. Sí, ya sé que esta frase parece sacada de una obra de Valle-Inclán pero tiene sentido. Las empresas saben perfectamente que se copian unas a otras. Lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo y el acopio de patentes que hacen es solo para cubrirse ante casos flagrantes o por si a una de ellas se le cruza los cables como ha pasado con Apple.
Hace poco ha trascendido que Jobs intentó sin éxito aplacar la situación entre Apple y Samsung. A Cook le queda la hot poteito no solo de normalizar relaciones con Samsung, sino con Google, Motorola, IBM, HTC y un sinfín de compañías. Son empresas que se necesitan entre ellas y es la clave de la innovación.
Área profesional video
Un área que hasta ahora era la niña de los ojos de Apple se ha convertido en su más airada hinchada. Sobretodo con la salida de FCPX que ha sido considerada como una involución. En su lugar Apple ha preferido un giro hacia el mercado doméstico suprimiendo características y haciendo otras demasiado automáticas. Ha sido tal el revuelo que han «obligado» a Apple a volver a comercializar su versión anterior de FCP.
El resto de aplicaciones tampoco es que salga bien parada. Shake dejó de comercializarse hace años y el proyecto de fusionarlo con Motion tampoco ha visto la luz. La entrada al mercado de Smoke para Mac ha acabado de finiquitar el proyecto. Por otro lado Color sigue sin ver esa integración total con la interfaz de la suite y no deja de parecer un pegote por muy buena aplicación que sea.
Consola videojuegos
Otra de las asignaturas pendientes y rumor de ahora vengo, ahora me voy. De hecho Apple ya intentó algo parecido con Pippin y le salió más rana que el reportero dicharachero de Barrio Sésamo. Si no os lo creéis ahí va eso.
Ahora el panorama puede ser diferente. La capacidad del iPad y ahora del iPhone de poder sacar vídeo a una pantalla externa podría convertir a estos dispositivos en controladores de los juegos que alberguen en su interior. Sería una manera un tanto extraña de llegar al mercado de videojuego consolero pero la posibilidad está ahí. La pega, de nuevo, el hardware que no permitiría jugar al mismo nivel que una consola de última generación. Y al ritmo de actualizaciones de Apple iría para largo. En ese sentido corre peligro que los móviles con Tegra 3 y siguientes generaciones se le coman esa posibilidad.
Jobs-dependencia. Mercados financieros.
Por último, el trabajo más arduo. Convencer a todo el mundo que Apple no (solo) era Jobs, que goza de buena salud y que la vida sigue. Será difícil sobretodo con presentaciones decepcionantes como la del iPhone 4S en la que solo Siri pareció algo realmente innovador aunque no puedas preguntarle cómo desbloquear a Pepe o Marcelo en el Tekken 3.
Los mercados, de momento, están indecisos. La noticia de la muerte de Jobs eclipsó las reacciones a la presentación de Let’s talk about iPhone así que la verdadera piedra de fuego vendrá posiblemente en la keynote de San Francisco. Allá no habrá más excusas. Los contratos con operadores habrán expirado y los acólitos querrán un iPhone 5 sí o sí.