No hay manera. Cada vez que a Facebook le da por tocar algo la lía parda. Ayer vimos como el hashtag de Twitter #newfacebook se convertía en Trending Topic por las quejas de los usuarios (una vez más) al toparse de bruces con el nuevo diseño de la red social.
Y es que parece que últimamente Facebook vive más pendiente de lo que hacen los demás que de lo que podría hacer ella misma. Si Google+ pone juegos, Facebook pone 10 más. Si pone círculos, ellos las listas sugeridas. Si Twitter aumenta usuarios, pues ponemos un feed en tiempo real.
Y esta ha sido la gota que colma el vaso. ¿Un feed de noticias dentro de un feed de noticias? Pues sí. A pesar de ser la red social más popular Facebook podría ser carne de Psicólogo perfectamente. Ahora le ha dado por separar su feed en columnas diferenciadas; una para las «top stories», otra para posts recientes, y la guinda es un «ticker» o ventana de tiempo real en el que uno puede estar marujeando en vivo lo que está escribiendo el contacto del 5ºA.
No dudamos de la utilidad de saber que Cuqui ha decidido ponerse ese conjunto fucsia porque le va a juego con el color de su epidermis o que Pocholo ha estornudado Moët Chandon en vez de mocos. ¿Pero es realmente necesario saberlo al instante? ¿Qué será lo próximo? ¿Ponerse una cámara entre las piernas las 24h?
Algunos ya se las han ingeniado para quitarse de encima el dichoso ticker. Otros siguen quejándose amargamente y el resto se queja de las quejas por los cambios de Facebook y que se le llene el feed de la misma porquería. Es lo que tiene no salir de casa, tener cuatro amigos reales y 535 virtuales. ¿A cuántos de vuestros amigos de Facebook saludaríais por la calle?
En cualquier caso no deja de ser inútil tener las mismas noticias duplicadas en muchos de los casos y se nota cierto cansancio en parte de los usuarios de Facebook. Su crecimiento contenido unido al toque de atención de Google+ y de ese Twitter que sigue funcionando de maravilla por su simplicidad hace que Zuckerberg estire de los calzoncillos hacia arriba con fuerza a su equipo para que invente cosas sin darse cuenta que lo que mejor funciona es lo simple. Ahí tenemos a Windows 8 que de golpe y porrazo ha pasado de ser otro «churrigüidous» más a crear muy buenas expectativas después de su presentación.