El proyecto Mars 500 de la ESA va llegando a su fin. La escotilla del módulo se abrió en un emocionante acto después de 520 días sellada
El proyecto Mars 500 se ideó para intentar saber algo más acerca de un hipotético viaje a Marte que duraría algo más de año y medio. Había multitud de dificultades y de variables a tener en cuenta. Tantas que sería imposible imaginarlas sin tener una idea previa. Así que ni cortos ni perezosos, la idea más barata que se le ocurrió a la ESA fue la de meter a tres rusos, un francés, un italiano y un chino en una cápsula situada en un aparcamiento de Moscú «a ver qué pasa». Así contado parece de chiste aunque a ellos no creo que les haya echo mucha gracia.
Pues bien, los 520 días de encierro ya han pasado y el viernes se procedió a la apertura de la cápsula en un emocionante acto. Los seis miembros de la tripulación salieron con una sonrisa de oreja a oreja pensando en la fiesta que se iban a pegar y contando que todo había sido de color rosa, que eran un magnífico equipo y que un poco más y se quedan a vivir en la cápsula para siempre visto el panorama que había afuera.
En realidad, la vida dentro de la cápsula no ha sido un dechado de virtudes. Y si no os lo creéis imaginaos cómo debe ser comer conservas, ducharse una vez a la semana o recibir la respuesta de los emails con un retraso considerable. Digo yo que podrían haber puesto a un español que hubiera estado como en casa en esas condiciones tan duras.
El especialista del Mars 500 en vida humana Patrick Sundblad comentó que en líneas generales se había demostrado que psicológicamente era posible el viaje y ha sido un éxito. Como es normal tuvieron sus altos y bajos con el pico de monotonía en Agosto, cuando los familiares de la tripulación se fueron de vacaciones y enviaron menos mensajes. Una manera suave de decir que ya les vale a los familiares y que no van a sacar a la luz los momentos en los que se tiraron los platos a la cabeza. Lo sentimos por Telecinco y compañía.
Es interesante ver cómo se han cuidado los detalles del viaje para hacerlo lo más realista posible. Así, por ejemplo el tiempo de respuesta de los mensajes difería según la distancia teórica que separaba a la cápsula de la Tierra. Por lo que cuando emprendieron la fase de regreso la cadencia se fue acercando cada vez más a tiempo real y eso también sirvió para animar a los astronautas virtuales.
Está claro que una misión real tendría muchos más peligros como el exceso de radiación, la falta de peso prolongada, cuerpos celestes y quién sabe si no está por ahí pululando el fantasma del Generalísimo. En cualquier caso es un motivo de celebración la consecución de la misión sin mayores problemas. Ahora se emprende una misión mucho más peligrosa protagonizada por la mujer de la limpieza consistente en intervenir y desinfectar la cápsula para que no sea un peligro público para la humanidad.
Os dejamos con el emocionante momento de la apertura de la cápsula.
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