El mundo de la estereoscopía ha irrumpido con fuerza en el mundo audiovisual detonada por el estreno de Avatar para bien y para mal. A raíz de ello cada marca ha tirado para su «monte» particular adoptando tal o cual sistema o incluso ideando el suyo propio, creando un mar de opciones y de paso confundiendo al espectador neófito.
Sin embargo las grandes productoras no han tardado mucho en ver las orejas al lobo. Durante los dos últimos años se ha visto como los ingresos no han parado de caer. En parte por la sobreexplotación del sistema creando bodrios como Furia de Titanes o Airbender; y en parte por el desproporcionado incremento en el precio de una entrada de cine.
El panorama del «cine en casa» tampoco es muy alentador. Faltan contenidos y faltan pantallas en los hogares. Para ello es básico algún tipo de estandarización en el sistema de visualización. Y si para ello hemos de confiar en organismos públicos, mal vamos. Ahí tenemos la chapuza de la TDT y el HD sin ir más lejos.
En otras palabras, quien quiera algo que espabile. Y así se lo han tomado Samsung, Panasonic y Sony. El desastre de sistemas entre las tres marcas era desalentador. Unos apostando por gafas pasivas, otros por gafas activas, que si bluetooth, que si infrarrojos… Un auténtico caos que no hacía más que confundir al espectador de a pie que lo único que quiere es poder escoger la peli que quiera y verla en paz.
Ahora parece que las tres marcas se han puesto de acuerdo y para Septiembre van a estandarizar sus sistemas de visionado 3D estereoscópico que se sustentará en los siguientes puntos.
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- Apuesta por la tecnología de visión activa
- Desarrollo de protocolos para poder intercambiar gafas y televisores entre las marcas
- Compatibilidad con los televisores ya comercializados durante 2011
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La elección por la tecnología activa es un acierto en cuanto a la calidad de efecto 3D y de la propia imagen en sí. Aunque ello acarrea un incremento en el coste de producción de las gafas (adivina quién carga con ello) y otro tipo de molestias como preocuparse de su alimentación eléctrica y lo aparatoso de la montura.
Está bien que estas compañías adquieran el compromiso de estandarización estereoscópico. De todos modos ya sabemos cómo van a funcionar las cosas. De aquí a un tiempo saldrá el «nuevo estándar» de TV 3D sin gafas y luego pasaremos del HD al 4K. Y años después igual se inventan alguna historia para renovar el parque de televisores de nuevo, que hay que comer.
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