En los últimos años se habla de un nuevo modelo de almacenamiento de información transparente para el usuario y accesible desde todo el mundo. Es el cloud computing o computación en la nube, que presenta múltiples ventajas, pero también inconvenientes.
No. Por mucho que se empeñen los de evax las nubes no huelen a nada. O por lo menos no deberían oler a nada. Tampoco es el sitio que visita tu cuerpo astral cada vez que imaginas que te toca la loto. O mejor aún, que te toca la Bellucci.
Nada de eso. Lo de «La nube» no es otra cosa que el típico nombre que alguien se saca de la chistera para darle el aire de pompa y pedantería que necesitan las ideas en el ámbito de los negocios. Se podría llamar perfectamente almacenamiento remoto y de un plumazo la gente ya lo entendería a la primera.
Sin embargo eso sería demasiado para las frágiles mentes que ostentan el poder de decisión. A la hora de pedir inversión no es lo mismo decir que lo destinarás a unos ordenadores en la India donde la gente subirá sus documentos que decir que crearás un entorno interactivo y transparente para el usuario al cual tendrá acceso universal y reducirá costes. ¡Oh, la palabra mágica! Obviamente la segunda definición mola más.
Y eso es de lo que en verdad se trata. Alguien compra una habitación en un país del tercer mundo, lo llena de ordenadores y lo conecta a Internet. El usuario sube sus archivos y los tiene disponibles desde cualquier parte cuando los necesite. Así sobre el papel parece una idea lógica. Es más… hace años ya que estamos usando la nube. Concretamente desde la invención del correo electrónico con copia en servidor. Solo que ahora se han empeñado en que pongamos TODO ahí arriba.
No suena mal, ¿verdad? Vaciamos nuestros discos duros y tenemos total disponibilidad de nuestra colección de películas de Tinto Brass. Pero ¿es tan bonito como lo pintan? ¿No se han pasado algunas cosas por alto? Vamos a ver los pros y los contras de esta nueva manera de hacer las cosas que nos quieren vender.
Ventajas
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- La principal ventaja es que no hace falta aprender a usar la nube. La nube ya la estás usando con Facebook, Gmail, Dropbox, Amazon y demás compañías.
- No tienes que cargar con pendrives ni discos portátiles allá donde quieras acceder al archivo. Lo subes a la nube y te olvidas.
- Permite interoperabilidad entre máquinas de distintos sistemas. Se puede, por ejemplo, instalar una aplicación en la nube a la que luego se accede mediante navegador o con aplicaciones de virtualización.
- El ordenador local queda libre. La computación se realiza en el servidor.
- Se ahorra en hardware, energía y desplazamientos. Al tenerlo todo concentrado en un único sitio no hay que actualizar los ordenadores clientes.
- Tus datos quedan a salvo de desastres domésticos como cuando tu gato se pone a bailar encima del teclado apretando accidentalmente «format C:». Los datos en la nube están replicados varias veces.
- Las actualizaciones de software se hacen en el servidor. Con lo que el cliente ni se entera.
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La cosa tiene buena pinta. Sin embargo parece haber más ventajas reales para quien realiza el servicio que para el que lo consume. Veamos las desventajas.
Contras
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- No hay manos, no hay galletas. En este caso si no tienes Internet olvídate de la nube y llévate un buen libro para pasar el rato porque lo que es currar lo harás menos que el sastre de Tarzán.
- No tienes el control absoluto de tus ficheros. Esto es de perogrullo. Si subes a la nube esas fotos que te hiciste con tu novia la noche de tu aniversario ten por seguro que tarde o temprano esas fotos pasan por las manos de alguien. Moraleja: Si usas la nube compulsivamente te recomendamos que vuelvas a tu gran amigo.
- Quedas a merced de la empresa suministradora.
- Los datos son más sensibles a robos al estar accesibles desde Internet. Y ya se sabe cómo está el patio con el tema hackers.
- Si la empresa se va al garete, tus datos se van con ella o con quien embarguen sus máquinas.
- La velocidad de acceso es más lenta que la de tu ordenador
- Se puede saturar el servicio por exceso de usuarios. Y si no que se lo pregunten a quien accede a Megaupload o a Youtube a partir de las 18.00h.
- Muchos suministradores ofrecen cierta cantidad de almacenamiento gratis. Tarde o temprano acabarán cobrando. Ya sea en forma de restricción de suministro, publicidad o directamente poniendo servicios premium de pago (que casualmente es el que te interesa).
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No sé que pensaréis vosotros pero desde mi punto de vista está claro por dónde nos quieren llevar. Para los suministradores supone reducir costes. Para los usuarios, depender de ellos, confiar en ellos nuestra vida prácticamente y vivir en «las nubes» en vez de en el mundo real.
Vamos, que el tema de la nube yo lo vería un poco lejano y siempre con respeto. Ideal para empresas y no muy conveniente para un usuario de a pie excepto casos muy puntuales y siempre usado con sentido de responsabilidad. Yo no subiría nada a la nube que no quisiera que viera otra persona. Es así de simple. Y si quieres que solo lo vea un grupo reducido no seas rácano. Invítales a cenar y les enseñas lo que sea. Sí, caro. Pero seguro, también.
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Yo oí hablar de la nube por primera vez en la presentación de Microsoft de Visual Studio 2010 en Madrid. Me pareció una pedantería y una perogrullada.
En mi empresa cada nombre que buscan para los nuevos productos nos causa más risa, por los mismos motivos. No puedes llamarlo «programa de gestión de tal» y que todos lo entiendan, tienes que meter palabras como «Business», «Costumer», «Relationship», «Management», «Intelligence»,… para parecer más moderno y más internacional.
Pero no es un caso aislado, se extiende a toda la sociedad: los camareros dejaron de serlo para llamarse «barmans», y de ser barmans para ser «técnicos en restauración». Pero por muchas vueltas que le den siguen siendo los que pasan la bayeta por la mesa. Pues lo mismo pasa con «la nube».
Es una lacra que nos invade desde hace muchos años. Empezaron en los telediarios donde las «guerras» se convirtieron en «conflictos», el «efecto invernadero» en «calentamiento global» para pasar luego a «cambio climático» etc. etc.
Y luego en el ambiente de los negocios ya en el sentido que si no usas esa jerga no eres «cool». No eres uno de ellos. I+D, I+D+i, C2C, B2B… Tengo un amigo trabajando en una gran empresa que cuando me suelta alguna de esas me da la risa ahí mismo.
Yo acabo de traducir una serie de presentaciones para una gran empresa que se dedica a implantar «nubes». Por ahora lo veo más para grandes empresas, que maneje bases de datos inmensas, por ejemplo.
Y cuánta razón tenéis en lo de los términos en inglés. Me obligan a dejar sin traducir «cloud computing», «mainframe» y algunas cosas que tienen una traducción al castellano mucho más comprensible. Mola más tirarse el pisto creando una jerga propia.