Cerberus App
Aplicación antirrobo para Android basada en administración remota vía web.
Un montón de funciones ejecutables de manera remota
Precio (3 eurillos por administrar 5 dispositivos)
Puede resultar hasta divertido
En el curro serás el 'namber guan' cuando enchufes la interfaz
El aparato necesita estar encendido
A veces cuesta establecer la conexión
La interfaz web es mejorable
No hay aplicación móvil
Las aplicaciones antirrobo y de rastreo de móviles se han popularizado mucho últimamente pero ¿son efectivas? Lo averiguamos en nuestra propia carne con esta historia basada en lo que le pasó a nuestro editor
Imagina que eres un poco despistado. No, mejor aún. Imagina que eres un verdadero desastre. Tan desastre que eres capaz de dejarte la pasta olvidada en el cajero automático y recoger solo la tarjeta. Efectivamente; eres la víctima perfecta de los amigos de lo ajeno.
Día 0
Un día de esos despistados, yendo al gimnasio, se te olvida que las taquillas están para algo y que quizá no sería buena idea dejar tu ropa en el banquillo mientras haces deporte. Más aún cuando en un bolsillo del pantalón guardas la cartera y en el otro tu (ya no tan) acollonante Nexus 4. No debería ser mucha sorpresa que al volver de tu tonificante ducha te encontraras que el móvil ha desaparecido. Lo que sí sería sorpresa es que la cartera continuara en su sitio (como así fue).
La sangre se te sube a la cabeza del cabreo, pero ¡ah! Has sido previsor. Tienes el teléfono debidamente rooteado y con la aplicación anticacos Cerberus que por unos módicos 3 euros te prometen el oro y el moro en cuanto a rastreo y administración remota de tu dispositivo móvil. Llegó la hora de ver si realmente merece la pena.
Lo primero es ir a recepción del gimnasio y comentar lo sucedido. No vaya a ser que el ladrón tenga algún tipo de desorden mental nivel Belén Esteban y se le haya ocurrido dejarlo ahí. Obviamente estamos en España y eso no sucede hasta que llegas a los Países Bajos. Le pides amablemente al recepcionista un acceso a internet y entras en la interfaz de Cerberus.
Es realmente sencillo usar el cliente web de Cerberus. Simplemente escojes un comando del menú desplegable de la izquierda, escoges un dispositivo (puedes controlar hasta cinco) y le das al botón enviar. El resultado de la operación lo veremos en la columna de la derecha y el material que se vaya pidiendo al móvil se recibirá en la dirección de correo electrónico con la que lo hayas configurado.
Sin embargo no ha habido suerte. El dispositivo no está activo. Por muy bueno que sea Cerberus se necesita que el teléfono esté encendido y con cobertura. Si no, no hay tutía. Pero Cerberus promete más cosas interesantes…
Efectivamente, al llegar a casa y revisar tu correo te das cuenta que Cerberus te ha enviado unos cuantos mensajes. No solo eso sino que algunos contactos previamente escogidos por ti han recibido un SMS informando de varios intentos de desbloqueo sin éxito y además alguien ha insertado una tarjeta SIM no autorizada. La cosa promete.
La aplicación estaba configurada para que tome una foto la tercera vez que el portador del teléfono se equivoque con el patrón de desbloqueo. Tenemos nada menos que cinco fotos del amigo de lo ajeno (a partir de ahora le llamaremos Fapencio), de las cuales en tres sale espectacular. Un poco de maquillaje y candidato a tronista, vamos. Además tenemos también un correo con un enlace de google maps que se ha generado al introducir la SIM no autorizada. ¡Estupendo! Con todo ello ya podemos ir a comisaría con un fajo de pruebas. No sin antes volver a intentar el rastreo del dispositivo sin éxito. Parece ser que Fapencio se ha cansado de intentarlo y lo ha dado por imposible, apagando el móvil. El único miedo que tienes ahora es que Fapencio tenga los conocimientos suficientes para flashear el dispositivo con una ROM nueva. De lo contrario, puedes estar tranquilo ya que ni haciendo un factory reset va a conseguir Fapencio librarse de nosotros.
Día 1
Un día maravilloso, sin duda. Aunque te sientes raro al notar ese vacío en tu bolsillo. Por cierto, que anoche casi la cagas al postear en tus redes sociales preferidas que tienes a Fapencio bajo mira. Si consiguiera acceder a tu dispositivo lo estarías poniendo sobreaviso y tu plan se iría a la mierda. ¡Hay que tener cuidado con los detalles! Simplemente te limitas a decir a tus seguidores que te han robado el móvil y que es posible que haya estados raros si es que el ladrón consigue entrar en tu perfil.
En el trabajo ya saben la mayoría de tus peripecias y están bastante alucinados con lo que les cuentas de Cerberus. Más aún cuando les enseñas las fotos y el enlace de Google Maps. Pero ahora empieza lo divertido. Te conectas a Cerberus vía web y salen las palabras mágicas: «Device Connected«. Una sonrisa maliciosa se dibuja en tu cara. Es hora de actuar.
Lo primero de todo es informarnos del estado del dispositivo. Bien, tiene un 51% de batería lo cual nos da margen de maniobra. Vamos a ver ahora dónde anda el móvil. Inicio de rastreo activo et… voilà! A los pocos segundos aparece en la interfaz de Google Maps nuestro dispositivo. Efectivamente está en la misma dirección que cuando cambió la SIM pero ¡ojo! ¡Ahora se mueve!
Segundo paso. Vamos a echar alguna foto a ver si sacamos algo en claro. Mmm… difícil. Parece que lleva el móvil en una bolsa del Corte Inglés. Sería un dato interesante si decidimos llamar ahora a la poli, pero vamos a esperar. Solicitamos a Cerberus un poco de audio a ver si va a pie o va en moto porque el tío se mueve rápido y se dirige a…
¡Una parada de metro! ¡Ni hablar! No nos conviene para nada iniciar una maratoniana «persecución» que agotaría la batería del móvil. Es hora que sepa que el Gran Hermano le observa. Vamos a enviarle un amistoso mensajito y a hacer sonar la alarma a toda leche. Cerberus obedece al instante. Sólo queda esperar…
El patrón de movimiento no cambia y parece que se dirige inexorablemente hacia el metro cuando… ¡un momento! Se ha parado… Y Cerberus acaba de enviarme una nueva foto (siempre lo hace cuando se entrega un mensaje) con lo cual sabemos que Fapencio acaba de leer nuestro mensaje. ¿Qué hará ahora? La espera se hace interminable…
Haces una nueva petición de información sobre el dispositivo y hay un detalle que te llama la atención. Tu tarjeta SIM vuelve a estar insertada en el móvil. Y el dispositivo vuelve a ponerse en movimiento pero ya no va hacia el metro… ¿Habrá surtido efecto nuestra acción?
Hay un cambio de dirección, eso está claro. Y después de desplazarse unas decenas de metros se vuelve a parar en lo que parece un jardín al lado del gimnasio. Tomemos otra foto a ver qué pasa. ¡Parece como si el tipo estuviera tomando el sol plácidamente! Bueno, eso nos da una ventaja. Es el momento de llamar a la poli y ponerla al corriente con los nuevos datos. Lo haces y te dicen que envían una pareja «en cuanto puedan». Dita sea; cómo odio cuando dicen eso.
Sacas más fotos pero todo sale negro. ¿Se habrá acabado la batería? ¿La cámara estropeada? La duda te corroe y solicitas una nueva grabación de audio que te llega puntualmente al correo. Se oyen voces pero claramente están en el interior de un recinto. No solo eso sino que parece un sitio con bastante ajetreo. Es como si alguien estuviera en un mostrador hablando con más gente. Solo puede significar una cosa: Fapencio ha decidido dejar el móvil en la recepción del gimnasio e ir directamente al lavabo a limpiarse los pantalones. A partir de ahora Fapencio se llama Sr.Mojón.
Audio tomado de manera remota con Cerberus. Podemos intuir que se trata de una zona interior con bastante tránsito de gente.
Salgamos de dudas. Llamada al gimnasio y ¡bingo! Acaban de dejar el móvil en recepción y la chica que me atiende está bastante alucinada porque ve el mensaje que he enviado de manera remota. Fin de la historia.
Conclusiones
Quiero dejar claro que no he recibido ningún tipo de encargo por hacer este artículo ni he tenido ningún tipo de beneficio económico o en especies por parte de Cerberus tal y como acepté en este compromiso. Simplemente escribo en base a la experiencia y sensaciones que he tenido que podrían muy bien asociarse a cualquier otro programa anticacos con las mismas funciones. Dicho esto:
Está claro que la reputación de Cerberus está ganada a pulso. En este caso resultó decisiva a la hora de identificar al Sr.Mojón, su lugar de residencia y varios otros datos como su operador telefónico, IP, número de serie de la SIM no autorizada, etc. Todos ellos son datos valiosísimos que en caso de haber sido necesarios no dudéis que las brigadas tecnológicas os agradecerían. Creo que no solo es recomendable instalar una aplicación de rastreo sino que yo diría obligatorio en cualquier ROM que se precie. Cabe decir que durante todo este embrollo la aplicación propia de Google no consiguió contactar con el dispositivo ni una sola vez, aparte que sus comandos son tan limitados como hacer sonar el móvil, localizarlo y poco más.
¿Te gustó el artículo? Nos gustaría saber lo que piensas en los comentarios de abajo. ¡Ah! Y no te olvides de compartir en Facebook, Twitter o G+ y de dejarte caer por aquí más veces, ¡Que ya te echamos de menos! 🙂
Ha sido un clase magistral Calos, de verás muy muy útil. Lo que siento es que no haya sido una prueba y lo hayas tenido que vivir en tu propia piel. Un besico!!
Hola,
Me ha gustado tu post 🙂
He vinculado tu artículo a este que escribí hace unos meses, te dejo el link para que le eches un vistazo.
http://jonturrillas.blogspot.com.es/2013/09/de-terminales-y-derechos.html
¡Un saludo!
Gracias por el enlace, Jon. Un artículo muy interesante desde el punto de vista legal que, por supuesto, siempre hemos de tener en mente. Un saludo.
Enhorabuena por el artículo. Lo pondré en práctica…
ya tengo 3 dias desde que perdi mi movil, la aplicación quedo instalada en modo root de mi telefono, pero no consigo tener buena comunicación con el telefono que me recomiendas
Hola Rafa. Siento oir eso. Lamentablemente hay dos circunstancias que afectan irremediablemente al funcionamiento de Cerberus. Una es la comunicación. Si el teléfono tiene mala cobertura la aplicación web de Cerberus no va a poder comunicar con el teléfono como es lógico. La otra es la batería del teléfono. Una vez que se agote se detendrá la comunicación hasta que esta vuelva a estar cargada y el teléfono encendido.
No queda más que tener paciencia y estar atento a los mensajes de correo que Cerberus te pueda enviar. Esto sucede cuando alguien se equivoca con el pin o la plantilla de acceso y cuando alguien intenta poner una SIM no autorizada. En esos mensajes te suelen poner las coordenadas aproximadas de la situación del teléfono cuando alguna de estas acciones ha ocurrido. Paciencia…
Te deseo mucha suerte!