Verano se presta a historias refrescantes y lo admito: con esta me he partido el culo y por eso quería contruibuir a su difusión. Pero antes de empezar a relataros hay una cosa que debe quedaros clara y por eso lo pongo bien destacadito.
Vamos con la historia. Existe un tipo de estafa por Internet llamada «estafa del servicio técnico». Todo comienza cuando navegando por internet nos encontramos una pantalla de alerta en la que parece que el mundo acaba de implosionar por exceso de salchipapas de Leticia Sabater. Pantallazo azul acompañado de ventana de alerta del virus Zeus, un mensaje de audio y todo aderezado con una IP que ni de lejos es la del ordenador. Eso es lo que le pasó a los padres de nuestro protagonista, llamado Ivan, mientras navegaban. Los padres, alarmadísimos, llamaron a Ivan que se rió de lo lindo y decidió llevar las cosas un paso adelante.
Ni corto ni perezoso Ivan lanza una Máquina Virtual con Windows XP y llama al suspuesto «servicio técnico». Le atiende la señorita Patricia en un francés chapurreado, que le invita a instalar un programita de asistencia técnica. Curiosamente el programa es legítimo.
Empieza el show
Una vez Patricia tiene acceso a la máquina de Ivan lanza una ventana de comandos y ejecuta un dir (un comando que lo único que hace es listar los archivos de la carpeta donde estés). Para aderezar el listado y darle algo de drama Patricia escribe al final del listado (por la jeta) la siguiente frase: «1452 virus found» y luego «ip hacked«.
Patricia está muy cabreada por la aparente falta de higiene del ordenador de Ivan. Le dice que no puede ser, que está lleno de caquita y que le ofrecen un paquete de seguridad que le dejará el culete del ordenador como el cutis de un bebé por el módico precio de 190 pavos. Para acabar de convencer a Ivan ejecuta el comando netstat (sirve para mostrar las conexiones actuales) y le dice que ahora mismo hay alguien conectado a su ordenador. Ivan le pregunta
— No es usted? Aquí pone que es de Delhi.
Un silencio incómodo y luego ella comenta que su conexión es la que pone «localhost» porque ‘localhost’ significa ‘conexión segura’. Ante total disparate Ivan contraataca:
— Está segura? Pensaba que ‘localhost’ significaba simplemente la máquina local, osea mi ordenador.
Dos o tres balbuceos y Patricia vuelve a leer su guión asegurando que esa IP de Delhi es de otra persona que vive también ahí. Un hacker. En serio. Has de comprar nuestro antivirus o Dios se cargará todos los vídeos de gatos en Internet.
— De acuerdo, lo compraré. ¿Dónde lo puedo comprar en Paris?
Paricia empieza a cabrearse.
— No sé si se puede encontrar en París. Se trata de un software exclusivo distribuido solo para los partners premium de Microsoft a través de canales seguros.
— Ah. ¿Entonces sólo puedo pillarlo de Microsoft?
— …Sí.
— Muy bien entonces.
— Vale.
— …
— ¿Alguna cosa más? ¿No? Pues adios.
Segundo asalto
No era suficiente. Había que ir más allá. Así que Ivan ni corto ni perezoso vuelve a llamar con la esperanza que vuelva a ponerse Patricia y decirle que no ha encontrado nada en la web de Microsoft. Por desgracia le coge el teléfono Dileep al que tiene que repetirle toda la historia de nuevo. Eso sí; Dileep parece muy experimentado y por eso el paquete que le ofrece sube hasta los 300 pavos.
Ivan accede a comprar el paquete de seguridad mientras busca a toda prisa aquel generador de números de tarjeta de crédito de prueba en sus marcadores. Por razones obvias el pago resulta infructuoso después de cinco intentos así que Dileep va a buscar a su jefe a ver si pueden arreglarlo. Es en ese momento cuando a Ivan se le enciende la bombilla. Busca en su correo basura una muestra de Locky. Un fichero javascript que descarga un peligroso ramsonware (un virus que encripta tu disco duro y te exige una cantidad de dinero para desencriptarlo). Ivan vuelve con Dileep a quien le envía el ramsonware camuflado como foto mediante el programa de asistencia
— He tomado una foto de mi tarjeta de crédito. Puedes probar a poner los números tú mismo a ver si funciona.
Al principio Dileep pasa de Ivan. Le hace escribir la información unas cuantas veces más (es insistente el tío) hasta que Ivan se pone duro.
— Mira, Dileep. Soy viejo y mi vista está cansada. Me está empezando a doler y tengo que parpadear para poder ver estos números tan pequeños. Además ya te he dicho que no soy bueno con los ordenadores. ¿Por qué no me echas una mano con esto?
No dice nada por un momento y luego:
— Intenté abrir su foto pero no ocurre nada.
Ivan intenta no partirse el culo.
— ¿Seguro? A veces mis fotos me dan algún problema al abrirlas en un Mac. Estás en un Windows?
— Sí. Su foto está corrupta porque su ordenador está infectado. Por eso hemos de cuidarnos de esto..
Esa fue la última línea de conversación con Dileep al cual le auguramos un buen dolor de cabeza cuando su pantalla muestre un bonito mensaje diciendo que su disco duro ha sido secuestrado y que si quiere volver a ver sus ficheros vivos ha de pagar una pasta.
La historia original y completa en el Blog de Kwiatkowski
¿Qué os parece? ¿Habrá venganza?
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