El Ministerio del Tiempo
El Ministerio del Tiepo es un ministerio secreto cuyo sótano alberga unas puertas que dan a un tiempo diferente. Formando la mejor patrulla del ministerio Julián del s.XXI, Amelia Folch del s.XIX y Alonso de Entrerríos del s.XVI han de velar por el cumplimiento de las líneas temporales viajando por las puertas e interviniendo en la historia para todo siga su curso normal.
Temporada 1: 8 Episodios
Temporada 2: 13 Episodios
Factura cinematográfica
Guión no encorsetado ni condicionado
Identificación fácil con los personajes
Entretenida a rabiar. Te hace consumirla sin miramientos.
Producción de escenas que podrían salir de cualquier serie americana
Los gags te harán partir la caja
¡Es española!
No tiene una lógica fija. Las reglas de un episodio no valen para otro.
A veces los episodios se resuelven de forma algo burda
El contar con renombrados actores de doblaje hace que la pobre entonación de los personajes aún resalte más
Lo confieso. Soy ‘ministérico’ rezagado. De ahí que este artículo se publique bastante después del último capítulo de la segunda temporada. Demasiados prejuicios (fundados) hacia las series españolas de ficción hizo que le diera la espalda con una mueca de desprecio. Pero ¿cómo ignorar el ruido de esa panda de desarrapados ministéricos semana a semana? Al final en uno de esos momentos en los que decides si poner lo que sea en la teleburra o dedicar el tiempo a la apasionante tarea de contar las juntas del parquet del salón cayó el primer episodio de la serie. Me dije a mí mismo que si a los 20 minutos no me enganchaba le daba un patadón en cero coma… Dos semanas después me muerdo las uñas esperando una renovación que pende de un hilo y va en camino un artículo en mi blog.
Es buena… MUY buena…
No os confundáis. No es que ‘El Ministerio del Tiempo’ sea buena. Es MUY buena pero a costa de hacer determinadas concesiones que no todo el mundo estará dispuesto a hacer. Algo parecido a lo que pasó con el último episodio de ‘Lost’ en los que la mayoría de fans se quedaron sin la resolución de tres cuartas partes de los enigmas… a cambio de haber pasado seis años de maravilloso entretenimiento.
‘El Ministerio del Tiempo’ tiene la mayoría de ingredientes que podríamos ver en una serie americana. Se nota que se ha liberado a los guionistas del encorsetamiento tradicional que sufren las series patrias. Aquí o contentamos a una audiencia general tipo ‘Cuéntame’ o lo tienes muy mal. Por suerte Javier Olivares, productor ejecutivo, y su hermano Pablo se pusieron muy fuertes a la hora de vender su idea y mantuvieron el control del guión en todo momento. Gracias a ello podemos disfrutar de intrigas, múltiples tramas, unos enemigos cuidados, chascarrillos y gags inteligentes…
La idea de que se pareciera a una serie americana no termina ahí. No sé si os habréis dado cuenta que muchas de las voces de los actores que salen (sobre todo en la primera temporada) nos suenan de haberlas oído en otras películas. Y esto es porque esos actores son actores de doblaje. El ejemplo más notorio es Ramón Langa, doblador de Bruce Willis y que interpreta a Spínola. En uno de los capítulos se permite incluso hacer un gag de ‘La Jungla de Cristal’. ¿Un gag tan friki en una serie española? ¡Sacrilegio! Esta ocurrencia de poner actores de doblaje hace que la percepción de serie americana sea aún más acentuada porque el espectador inconscientemente tiene asociadas esas voces a intérpretes americanos. Nota mental: el actor español necesita clases de entonación.
…pero todo tiene un precio
Parecerse a una sere norteamericana en estructura (que no en contenido) no significa que sea igual. Los más quisquillosos enseguida van a encontrar una pila de defectos en la continuidad y en la lógica que se sigue en ‘el Ministerio del Tiempo’. Principalmente con el tema de los viajes temporales y lo que suponen. Así, mientras que la propia esencia del Ministerio es intervenir en la historia para corregir desviaciones, en otros capítulos se juega con que la historia es imperturbable como en la muerte de Maite, la esposa de Julián. El ‘Efecto Mariposa’ actúa de manera muy sui generis y lo que debería tener un efecto devastador afecta solo a la trama central del capítulo. O esas veces en las que se resuelve la trama de una manera burda y hecha con prisas como la de salvar a Ernesto de las garras de su hijo con unos métodos de transporte poco convencionales.
Por otra parte la serie no se puede desligar del todo de una de las lacras de la interpretación en la mayoría de ficciones españolas. La puñetera entonación monocorde. Y ahí el ejemplo máximo es Rodolfo Sancho que no sabes si habla en español o en Morse. Ponle al lado de Ramon Langa (Spínola) y compara. ¿Entendéis ahora por qué la producción se ha rodeado de actores de doblaje?
¿Qué es lo que tiene que nos engancha?
Pues es un cúmulo de cosas. El humor patrio, el desarrollo de los personajes, el ver por fin algo con lo que nos podamos identificar geográficamente e históricamente unido al fantaseo y ensoñación… Incluso el tema de cambiar la historia a nuestro antojo (quién no ha soñado con ello) y poder salvar a nuestros seres queridos. Sin duda es el móvil que conduce el destino de los personajes y que nos hace preguntar si no haríamos nosotros lo mismo. Todo ello hace que la empatía con los personajes sea máxima y que además nos lo pasemos bien.
¿Habrá tercera temporada?
Incluso para los no conversos, después de leer el título y el subtítulo de este artículo lo normal sería pensar… ‘¿A qué narices espera TVE para renovarla?’ Pues digo yo que a tener alguien consciente de que lo de medir audiencias hoy en día ya no se reduce a poner el audímetro de turno. Y es que las audiencias de el último bloque de episodios ha ido cayendo por culpa sobre todo del parón que sufrió la serie antes de sus últimos cinco capítulos, que se hizo sin avisar.
Las negociaciones por la renovación están en punto muerto y la distancia no parece insalvable pero pasa por aportar más recursos a la serie. Esos recursos deberían ir a cargo del ente público. Un ente totalmente anacrónico a la hora de valorar la valía de la serie basándose en medios del jurásico.. Vamos, que en TVE saben que tienen en sus manos una serie de culto pero no son conscientes de hasta qué punto y dudan en poner la pasta.
En el lado de producción, Javier Olivares ha declarado que no van a renovar para hacer lo de siempre. Los recursos con los que contaban a nivel de localizaciones, efectos y tramas se han agotado y continuar con lo mismo solo llevaría a un ‘culebronismo’ que el mismo Olivares se ha encargado en declarar que no se llegará jamas. El Ministerio del Tiempo pide más y puede romper fronteras y convertirse en la mejor serie española de la historia (si no lo es ya) si consiguen realizar los capítulos que les pide la gente. Blas de Lezo, el descubrimiento de América… ¿Os lo imagináis? Yo sí y se me pone la ‘gallina de piel’.
Si al final no se renueva la serie queda la baza de la venta de los derechos a otro canal que quiera hacerse cargo. En la mente de los ministéricos resuena con fuerza el nombre de Netflix. Un proveedor de contenidos más acorde con la personalidad de la serie que los carcamales que mandan en TVE. Pero hoy por hoy tienen ellos la sartén por el mango. Veremos hasta cuándo.
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